Finalmente, no vimos a ese aguerrido y radical Martí Batres que tanto hacía falta en un tema tan importante como la vivienda accesible, que necesita más del 35% de los habitantes de la capital que no tienen casa propia. Resulta que su iniciativa para frenar el alza de las rentas de casa habitación se quedó en un ¡tiri-ti-ti-to! No quiso proponer una medida más drástica para revertir lo que afirma: que en 17 años se incrementaron las rentas hasta en 8 veces más que la inflación. Bien pudo atacar ese asunto con un tope a los incrementos del 50% de la inflación, durante un periodo de, por ejemplo, 5 años. O también como en otros países y ciudades que él pone de “grandes ejemplos”, topar la renta de una casa o departamento en el 6% anual respecto del valor catastral –no comercial– del inmueble, o prohibir que el arrendador obligue a comprar fianzas o a dar anticipos y depósitos más allá de un mes. Seguiremos esperando que Batres haga algo importante en las próximas semanas, para que la gente en un futuro se acuerde que algún día fue jefe de Gobierno. Hasta hoy, lo que presume es pura cosecha del gobierno de Claudia Sheinbaum.