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El magistrado Guerra se esconde para no criticar la reforma judicial

Hace unos meses que se trató de ir al besamanos con el presidente Andrés Manuel López Obrador, el magistrado Rafael Guerra estuvo ahí en primerísimo lugar, en su calidad de presidente de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos (Conatrib). Pero hoy, ante el pavor de que se enfaden el actual y la futura inquilina de Palacio Nacional, prefirió no asistir como representante de ese organismo, a una reunión en la que participaron académicos y jueces internacionales, así como representantes de la CIDH y la ONU, porque sabía que iban a criticar severamente la pretendida reforma judicial del primer mandatario. Esta no es la primera ocasión que Guerra no asiste a representar a los magistrados del país como es su obligación. Ha habido otros encuentros incluso fuera de México y de Rafael Guerra, ni sus luces. Se cuadra con lo que le ordenen AMLO y Claudia Sheinbaum, no con los magistrados que dice representar. Se las debe, porque le dieron oportunidad de reelegirse como presidente del Poder Judicial de la CDMX en 2021, lo cual era ilegal e inmoral. Y segundo, porque cree que van a renovar en su totalidad la Suprema Corte y por obra y gracia de AMLO y Sheinbaum él será ministro. Guerra no está calculando que al interior del PJCDMX está quedando pésimo, porque en la capital jueces y magistrados van a hacer casi una revuelta si les quieren aplicar una reforma como la federal, y si no los apoya, lo van a querer echar a patadas, porque no se van a andar con cuentos.

FOTO: Especial

Glorieta de Colón

 

Hace unos meses que se trató de ir al besamanos con el presidente Andrés Manuel López Obrador, el magistrado Rafael Guerra estuvo ahí en primerísimo lugar, en su calidad de presidente de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos (Conatrib). Pero hoy, ante el pavor de que se enfaden el actual y la futura inquilina de Palacio Nacional, prefirió no asistir como representante de ese organismo, a una reunión en la que participaron académicos y jueces internacionales, así como representantes de la CIDH y la ONU, porque sabía que iban a criticar severamente la pretendida reforma judicial del primer mandatario. Esta no es la primera ocasión que Guerra no asiste a representar a los magistrados del país como es su obligación. Ha habido otros encuentros incluso fuera de México y de Rafael Guerra, ni sus luces. Se cuadra con lo que le ordenen AMLO y Claudia Sheinbaum, no con los magistrados que dice representar. Se las debe, porque le dieron oportunidad de reelegirse como presidente del Poder Judicial de la CDMX en 2021, lo cual era ilegal e inmoral. Y segundo, porque cree que van a renovar en su totalidad la Suprema Corte y por obra y gracia de AMLO y Sheinbaum él será ministro. Guerra no está calculando que al interior del PJCDMX está quedando pésimo, porque en la capital jueces y magistrados van a hacer casi una revuelta si les quieren aplicar una reforma como la federal, y si no los apoya, lo van a querer echar a patadas, porque no se van a andar con cuentos.

 

Tope a las rentas

Todo apunta a que en el periodo extraordinario que se celebrará el jueves de la próxima semana en el Congreso de la Ciudad de México se aprobará la iniciativa de Martí Batres para que las rentas de casas y departamentos habitacionales puedan incrementarse como máximo lo que señale de inflación anual el Banco de México. Nos afirman que si sale esa reforma como la quiere el jefe de Gobierno, va directito a la Presidencia del Congreso la diputada Martha Ávila, para la Tercera Legislatura.

 

 

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